Seguidores

jueves, 26 de octubre de 2017

Yo... También colecciono monedas de euro

Si los cálculos no me fallan -y desgraciadamente suelen hacerlo-, el 1 de Enero de 1999 pudimos tener las primeras monedas y billetes de euro en nuestras manos. En ese momento yo estaba en plena adolescencia (13 años) y recuerdo que estando de celebración en casa de mis abuelos, algo después de las doce de la noche fui con mi padre a sacar algunos billetes al banco, más por la curiosidad que por otra cosa. Fue entonces cuando tocamos los primeros billetes de euro (que nos parecían y a algunos aún nos parecen del Monopoly).

Para los que no seáis de Europa o no uséis el euro, las monedas son diferentes dependiendo del país de Europa del que procedan. Al igual que en las monedas españolas podemos encontrar la cara del rey actual (al comienzo eran las del rey emérito), a Miguel de Cervantes y la Catedral De Santiago de Compostela; en las monedas por ejemplo de Italia veremos el retrato de Dante Alighieri, el "Hombre vitruviano" de Leonardo da Vinci, la estatua ecuestre de Mano Aurelio, una escultura de Umberto Boccioni, el "Nacimiento de Venus" de Sandro Botticelli, el anfiteatro de Flavio, la Mole Antonelliana de Alessandro Antonelli y por último, el Castel del Monte.

Viendo toda esta variedad de monedas con diferentes imágenes decidí, a pesar de vivir en un pueblo que hacía que pocas monedas de fuera pudieran caer en nuestras manos, empezar a coleccionar monedas de euro. El comienzo parecía sencillo, tan sólo Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal, además de Mónaco, San Marino y Ciudad de Vaticano estaban adheridos al euro. Años después empezaron a unirse otros países, además de comenzar a sacar monedas de dos euros conmemorativas para todos los países, para cada país, para determinados años... Y la cosa se fue complicando. Antes echaba mano de una conocida que trabajaba en un restaurante y que podía conseguir algunas monedas algo más complicadas, pero a veces le costaba cederme esas monedas (evidentemente yo se las pagaba, pero supongo que preferiría venderlas por algo más dinero) y comencé a buscar a gente en internet que compartiese mi afición. Era muy complicado. La gente vendía las colecciones de monedas sin circulación a más de 30€ (y ya no digamos si eran colecciones complicadas como las de los micro estados) por estar sin circular cuando realmente su valor es de 3.88€. Cierto es que el euro es un tipo de moneda que, especialmente en los céntimos, se oxida y se afea hasta tal punto que apenas puedes ver qué país tienes en la mano, pero de ahí a subir el precio incluso diez o quince veces... Existe gente que, como yo, colecciona monedas en buen estado (el mejor posible), pero en circulación. Hay gente que colecciona monedas que no hayan estado en circulación (que no hayan sido tocadas, para entendernos). Hay gente que colecciona monedas en buen estado de diferentes años (pero de todos los años acuñados) y también hay gente que ya, para rizar el rizo, colecciona monedas de diferentes años y sin circular, cosa que veo prácticamente imposible, al menos en mi caso.

Con el paso de novedad del euro y los precios con los que se jugaba, mi colección se había quedado estancada... Hasta hace unos días, que mientras hacía limpieza, decidí recuperada, ordenarla y hacer una nueva lista con las monedas que tengo, las que necesito y las que tengo repetidas para cambiar en caso de tener la oportunidad de hacerlo. También me puse en contacto con tres amigos (dos italianos y uno chipriota) con los que cambiaba monedas de vez en cuando, pero desafortunadamente tan sólo uno contestó a mi mensaje.

Ahora mismo tengo mi colección perfectamente ordenada en cajas, cada moneda metida en su cápsula (aunque una de las cajas que compré vino rota y estoy esperando la devolución del dinero para comprar otra, pero no hay iguales, pero, pero, pero...) y la lista totalmente actualizada; peeeeero me falta gente con la que poder intercambiar monedas para conseguir y que ell@s consigan también, terminar nuestras colecciones. Existen demasiadas monedas, especialmente conmemorativas que conseguir.

Si alguien colecciona monedas y le apetece ponerse en contacto conmigo, me puede escribir un mensaje aquí mismo y podemos ponernos en contacto. Si algún amigo tiene alguna de las monedas que me faltan, yo le pago su equivalencia sin ningún problema y además se lo agradezco muchísimo. Lo que por ahora no hago es comprar las monedas, pero todo lo demás se puede hablar. También si necesitáis alguna moneda que tenga repetida, aunque yo no necesite ninguna vuestra, os la envío sin problema, faltaría más.


Las monedas que me faltan en la actualidad de los diferentes países son:

Andorra                                                    2€   1€   0.5€   0.2€   0.1€   0.05€   0.02€   0.01€
Bélgica (BELGIUM)                              (Nueva serie)  2€   1€   0.5€   0.2€   0.1€   0.05€   0.02€   0.01€
Ciudad del Vaticano (VATICAN CITY)    2€   1€   0.2€   0.1€   0.05€   0.02€   0.01€
Estonia                                                    1€   0.5€
Letonia (LATVIA)                                     2€   1€   0.5€   0.1€   0.05€   0.02€   0.01€
Lituania (LITHUANIA)                             2€   1€   0.5€   0.2€   0.1€   0.05€   0.02€   0.01€
Mónaco                                                   2€   1€   0.5€   0.2€   0.1€   0.05€   0.02€   0.01€
Países Bajos (NETHERLAND)             (Nueva serie)  2€   1€   0.5€   0.2€   0.1€   0.05€   0.02€   0.01€
San Marino                                              2€   0.1€   0.05€   0.02€   0.01€

Las monedas conmemorativas que necesito son tantas que por ahora, las tengo en un word con imágenes, para que no haya confusión alguna. La lista se puede descargar aquí (caduca a los 30 días, si alguien necesita que lo vuelva a subir, que me lo comunique):
https://ufile.io/xtk12


Y para finalizar, tengo algunas repetidas y otras que se podrían conseguir para cambiarlas, pero conste que hablo siempre de monedas en circulación en buen estado. 

sábado, 21 de octubre de 2017

Un joyero para mamá

Soy muy fan de los anillos. Igual que a otra persona le pueden gustar más los bolsos o los tacones, a mí me gustan los anillos. Tengo la suerte de que me suelen gustar más los anillos de bisutería que los de oro (aunque un solitario de oro para pedirme matrimonio tampoco estaría de más, guiño, guiño...), por lo que, aunque no me gusta gastar demasiado en ellos, de vez en cuando me doy algún que otro capricho. 

Antes los tenía guardados en una cajita, dentro de bolsas individuales para que no se arañasen unos con otros, pero cuando empezaron a ser demasiados y ya no cabían en aquella caja, no sabía qué hacer con ellos. Por otra parte eran tantos que nunca encontraba los que quería ponerme ese día o me olvidaba de los que estaban debajo de los demás y nunca tenía a la vista. ¿Solución? Compré un organizador de anillos. Ahora está medio vacío (tiene capacidad para cien anillos), pero así puedo tenerlos todos a la vista, -comprar más- e incluso los tengo colocados por tamaños para saber en qué dedo me va bien cada uno. 

Mi madre tira más para los bolsos (ya os dije que cada uno tiene sus gustos), así que tiene pocos anillos, pero de nuevo al estar guardados en una caja mezclados con todo lo demás, hace que pases un poco más de ponértelos, así que decidió comprarse otro organizador para ella. Estuvimos mirando precios y curiosamente cuanta menos capacidad tenía el organizador, más subía el precio, así que no compensaba comprar uno para los seis anillos que tiene actualmente. 

El tema, como casi todo, quedó en stand by hasta que un día recibí un paquete en el que, para evitar dañar el producto me venían esta especie de... Planchas de plástico... No sé si tienen un nombre. Son como las planchas de corcho típicas que sirven para hacer bolitas de nieve pero de plástico más duro y resistente. Y como a veces también sufro un poco de Síndrome de Diógenes (que estoy intentando manejar mejor), recordé que tenía una caja de un reloj de mi padre que él iba a tirar y yo recogí para un porsiaca. 
La caja del reloj de mi padre y las plaquitas de plástico perfectas para el experimento.

El plan era "sencillo", sólo tendría que cortar esa plaquita de plástico con un cúter para hacer que cupiese en la cajita y luego calcular cómo hacer los cortes para meter el máximo número de anillos posible siempre y cuando los cortes no estuvieran tan juntos como para romperse. 

La verdad, me tiré la tarde completa haciendo cuentas, estas cosas nunca se me han dado bien. Si dejando un margen de un centímetro a los lados, podía hacer cuatro cortes en cada fila, tres filas, que cada corte tenga al menos dos centímetros y medio para que quepa el anillo; pero que también tenga unos cortes verticales, que no se unan con los superiores e inferiores, de al menos un centímetro... En fin... Una vez echas las cuentas me salía una caja con capacidad para doce anillos, justo el doble de los que ella tenía ahora mismo, con capacidad para tres filas horizontales de cuatro anillos cada una.
Un corte por aquí y otro por allá.
Y 4x3 es igual a 12.

Y aunque la caja en sí no es fea, queda un poco extraña con la propaganda de la marca de relojes, así que supongo que si algún día tengo algo más de tiempo (y aparece mi lijadora, que en la mudanza de casas desapareció de manera misteriosa y ahora, quién sabe dónde...), podría lijarle un poco poco las letras y dejarla así, en bruto, o quizá pintarla, ponerle un papel bonito para cubrirla... Alguna vez vi algún DIY sobre cómo transferir imágenes a madera, quizá eso fuese buena opción. Busco algo sencillo, que no quede demasiado recargado, no sé, acepto ideas.
Acepto ideas para el posible acabado exterior de la caja. ;)

sábado, 7 de octubre de 2017

Renovarse o morir

Ese es el lema con el que pretendo tomarme algunos aspectos de mi vida a partir de este mes de Octubre.

Al final he optado por la opción de renovarme porque la de morir me parecía un poco drástica, pero sí se podría decir que he matado muchas cosas.

Este pasado mes, por ejemplo, he matado un poco la tranquilidad y el relax y, como está de moda decir ahora, he salido bastante de mi zona de confort. Lo primero que he hecho ha sido dejar el trabajo. Bueno, realmente lo dejé el pasado mes de Mayo, pero aún quedaban unos cuántos flecos pendientes de cortarse y finalmente este mes de Octubre puedo decir que ya no me queda nada que me una a aquel trabajo excepto un vago recuerdo de lo que fue y, por supuesto, todas las personas que quedaron allí y a quienes tengo pensado visitar de vez en cuando pero esta vez menos a menudo. Sé que esta decisión incomoda a mucha gente externa a mí y que me va a deparar muchas broncas y gestos de desaprobación de otros; pero realmente no merecía la pena seguir en aquel empleo.

La segunda decisión fue empezar a hacer limpieza y organización de las dos casas aprovechando la renovación de una de ellas. Estamos tirando, vendiendo, regalando y donando infinidad de cacharros que ya no nos hacen falta o no nos gustan. Tengo serias dudas sobre si lo más complejo es vender (es complicado que alguien quiera pagar por algo que tú quieres desechar) o tirar (soy de esas personas que guarda hasta los tickets del Metro. Por suerte no voy en él a menudo...). Igualmente he pasado el proyecto a la opción tecnológica. Revisé todos los emails que tenía, borré los que no usaba o usaba poco y me quedé con tres propios y el de mi madre, el cual me toca siempre revisar a mí (menos mal que no tenemos secretos). De entre esos tres había uno en concreto que utilizaba, creo recordar, desde aproximadamente los doce años. Si alguno de vosotros aún conserva el correo que se hizo por aquella época, sabrá que esos emails son un cúmulo de cadenas tontas a reenviar, mensajes de amigos que pasaron de escribirse cartas a utilizar este medio mucho más moderno -y rápido- para nosotros, correos inservibles, registros obsoletos de webs olvidadas, etc. Pues bien, he tenido la paciencia de borrar todos los correos sin utilidad y colocar el resto en carpetas de manera que, cuando entras al correo, sólo tenga los mensajes diarios. Y esto lo he logrado hacer con los tres correos propios y, ya digo, también el de mi madre.

Durante este tiempo también me he comenzado a replantear a quién quiero en mi vida y quien está pasando por ella de una manera algo más interesada o superficial. He dejado de escribir algunos mensajes a gente a quien siempre tenía que escribir yo para empezar una conversación, a gente que no me aportaba nada, con quien nunca hablaba o que apenas me contestaba y esta vez unimos a esas direcciones de correo electrónico, los mensajes privados de Facebook. Contestar a algunos mensajes cada día -hablo en su mayoría de personas desconocidas y extranjeras que contactan conmigo por una u otra razón y cuya conversación diaria termina en pedirme una foto o una conversación de besugos que no lleva a nada-. Que conste que a quienes sois amigos míos de siempre y a quienes os escribía diaria o casi diariamente os voy a seguir dando la murga al menos durante un tiempo más. 

También he decidido pasar un poco menos de tiempo en Facebook. De nuevo y como he contado que me pasaba en las experiencias mencionadas anteriormente, muchas veces el tiempo y el esfuerzo que depositaba haciendo algunas cosas no me llevaba a nada y quizá el tiempo que ganaba podía aprovecharlo de otras maneras.

Con las webs que utilizo para ganar dinero me pasaba algo similar. Sé, y soy una de las pocas personas conscientes de ello, que con estos medios para obtener ganancias uno no llega a rico y, aunque hay páginas que te ofrecen una cantidad que puedes considerar más o menos generosa (va en la manera de mirar que tenga cada uno), hay otras que simplemente te hacen perder el tiempo mientras ellos se enriquecen a tu costa. Hay páginas que utilizo desde que empecé a hurgar en este mundillo, pero tengo por costumbre buscar novedades (lo dicho, renovarse o morir) y abandonar otras que a mi juicio no eran lo que estaba buscando. Por ello he hecho también una pequeña limpieza eliminando las webs que me hacían perder mucho tiempo a cambio de pocos beneficios y he comenzado a mirar otras nuevas, a probar diferentes métodos de pago y a cambiar incluso la forma de cobro, probaremos suerte a ver que nos deparan las novedades.

Todos estos cambios y, en ocasiones, ahorros de tiempo están siendo invertidos en proyectos que tenía abandonados desde hacía ya demasiado tiempo. Un par de años, tres incluso... Estoy recuperando costumbres que creía perdidas, contactos que creía olvidados y... Quiero comenzar también con un proyectillo a ver qué sale. 

Pero sobre todo, no quiero abandonar la costumbre de seguir escribiendo en este blog, que pronto cumplirá su décimo segundo aniversario. No quiero dejarlo porque aunque prácticamente nadie lo lea, creo que escribir aquí aparte de ser una buena costumbre, me permite también desahogarme, cosa que de vez en cuando viene bastante bien. 

lunes, 2 de octubre de 2017

Y yo, ¿estoy a favor de una Cataluña independiente?

Mi respuesta es: NO. 
¿Votaría entonces, en el caso de poder hacerlo, por una Cataluña independiente? Probablemente SÍ. 

Y dado que unas respuestas así quedan quizá demasiado tajantes, pero son a su vez algo contradictorias, os explico las razones de ambas respuestas en la siguiente entrada.


¿Por qué decido hacer una entrada sí?
Por mil razones... La primera porque estamos viviendo el día post referéndum, ese día después de en el que se ha intentado -o conseguido, no lo tengo muy claro, la verdad- preguntar a los catalanes si están a favor o en contra de independizarse de España. La segunda, porque cada cierto tiempo parece que me mola meterme en terrenos fangosos, ¿a quién lo le gusta cierta dosis de adrenalina de vez en cuándo (obviemos por supuesto la inyectada...)? También porque me gusta dar mi opinión sobre las cosas, porque aunque considero que no se debe juzgar sobre lo que no se sabe, sí creo que es bueno dar tu opinión sobre cualquier tema y sobre todo, escuchar las opiniones de los demás, sean iguales o contrarias a la tuya. Además a lo contrario solemos llamarlo censura. Esto aparte de ayudarte a conocer a otras personas, confío en que te enriquece e incluso a veces puedes llegar a replantearte ciertas cosas y cambiar tu perspectiva sobre otras muchas. Y por último, porque como opines donde opines (Facebook, foros, en sitios que opinan como tú, sitios diferentes) o con quien opines (amigos, desconocidos, familia...) siempre va a haber alguien a quien no le guste o no respete tus ideas y te suelte lo que le apetezca en ese bonito momento, yo tengo un sitio personal donde plasmarlo y dejar volar esta cabecita mía que a veces sólo me da disgustos. Este es un blog personal en el que expongo lo que se me pasa por la cabeza en cada momento (Mis Pensamientos, más claro agua) que está abierto a críticas -constructivas-, opiniones, ideas y comentarios, pero siempre las opiniones de quien escribe serán las que inicien los temas a tratar con las diversas entradas y, por tanto, a partir de ahí se iniciaría cualquier tipo de debate. 


Comencemos con lo interesante, ¿por qué no estoy a favor de la independencia de Cataluña?
La respuesta es tan sencilla como utópica, no estoy a favor de ningún extremismo (en este caso, nacionalismos), considero que en ningún caso unen, tan sólo dividen y considero también que los extremos llevan pocas veces a un entendimiento o una cordialidad y casi siempre a la violencia. Puede sonar demasiado diplomático (quizá lo sea, pero es una opinión que comparto también para otro tipo de temas muy diversos entre sí), puede sonar también a que no tengo ni puta idea sobre el tema (lo cual se me ha echado en cara millones de veces por... ¿Profesionales con una licenciatura de ciencias políticas? Supongo); pero por ahora y visto lo visto, continúo pensando de la misma manera.

Otra de las razones y la principal para defender este 'no' es que ni entiendo, ni entenderé nunca para que cojones sirve una frontera. Que sí, que 'soy una mujer mágica, del país feliz, de la casa de la gominola de la calle de la piruleta...'; pero continúo sin entenderlo. O sea, este país es mío/nuestro, le pongo una frontera electrificada y/o con pinchos (o véase muro, el orden de factores no altera el producto) y cuando un mejicano, un sirio o un marroquí intente entrar en mi territorio -y siguiendo con el tema Simpson-, ¡golpe de remo! Y a tomar por culo... Eh, pero yo desde la tranquilidad de ser el jefe y de ser el que manda (que no que lo diga él, que es que encima lo hemos elegido nosotros), mando a las fuerzas del orden y ahí se apañen. Golpe de remo por aquí, golpe de remo por allá, ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Unos cuántos civiles heridos? ¿Quizá algún que otro policía? Da igual, ellos son los malos, ¡qué malos! A mí mañana no me va a doler nada... ¿No os suena de algo? ¿Para qué quiero yo una frontera en Cataluña si para mí un catalán es igual a mí? ¿Para qué la quiero en México? ¿O en Francia? Coño, ahí sí, porque se habla francés. Pues nada, ahí empezamos con las cercas no vaya a ser que nos mezclemos. ¿Acaso no aprendimos nada del muro de Berlín? Bueno, sí, a tirarlo, ¡menos mal que a veces y aún con todo, razonamos! Nos costó cierto tiempo verlo, eso sí. Y a pesar de ello, entiendo perfectamente que ni todo el mundo piensa como yo, ni todo el mundo actuaría como yo, que hoy en día una frontera -física o no física- en ocasiones es necesaria porque si no esto sería un viva la Pepa; pero me gustaría comprobar si esta podría ser una solución definitiva o tan sólo un parche. A lo mejor la sociedad logra sorprenderme y hoy en día podríamos vivir todos somos ciudadanos del mundo, sin tener que sentirnos de un sitio u otro.

Por otra parte, dudo mucho (aunque alguno habrá) que alguien que exige una independencia lo haga por sentirse superior a otras personas de otros lugares, porque si es así, tan sólo es un ignorante y yo tampoco le querría cerca. La mayoría de la gente por suerte a día de hoy consideramos (y me incluyo) que la gente diferente, de otros países y con diversas culturas y religiones puede vivir junto a nosotros en armonía siempre y cuando nos respetemos los unos a los otros (teoría que por cierto respalda mi idea del ser ciudadanos del mundo). Que nadie es superior o inferior a alguien porque todos somos iguales dentro de los diversos tipos de educaciones y costumbres que nos hayan ofrecido en cada rincón del mundo. Mi mejor amiga era croata (la tuve desde muy pequeñita). Mi vecina es marroquí; tres de mis cuatro sobrinos son medio americanos, medio españoles; los que viven encima son rumanos y mi prima vive en Francia. Todo esto es riqueza cultural. ¿Quién no está orgulloso de ser bilingüe o de conocer a gente de todo el mundo? Aunque parezca que se me está yendo un poco la flapa con el tema (que puede ser, echémosle la culpa al ibuprofeno) con esto sólo quiero hacer hincapié en que si estamos deseando conocer mundo, costumbres y lenguas, ¿para qué sirve esa separación de tierras? Que un alemán probablemente seguirá teniendo sus costumbres, religión e idioma con fronteras o sin ellas. Igual que un canadiense. Deberíamos estar orgullosos de decir que somos españoles y que somos madrileños. O catalanes. O valencianos. Y yo (y creo que muchos) estoy a favor de que no se pierda ningún tipo de costumbre o dialecto (dialectos en su mayoría del latín, que luego también hay líos con las lenguas), que para conservarlos no hace falta una separación de tierras (de hecho yo estaba aprendiendo catalán y gallego. Escrito, eso sí...). España, siempre hablando de lo que se considera España a día de hoy, es un país rico en dialectos que deberíamos conservar y la lucha por conservarlos considero que poniendo todos de nuestra parte, sería muy fácil. Puede que me equivoque, pero una separación tampoco ayudaría demasiado a que los dialectos se extendiesen y conservasen.

Para aquellos que defienden que la separación viene dada porque España les roba... En efecto, España te está robando. A ti, a mí, a mis vecinos rumanos y a todo el que respire el aire de la zona. Pero no es España o los españoles quienes te estamos robando, son lo políticos. O los bancos, o todos a los que quieras y puedas culpar; pero apenas ninguno de los que te quieres separar. Un probablemente 95% de aquellos a quienes dejarás atrás no te está robando. Y de hecho... Apoya y respalda tus opiniones en este sentido al 100%, dímelo a mí, que tenemos placas solares en el edificio, guiño, guiño. ¿No sería mejor (digo yo así como quien no quiere la cosa) que en vez de buscar una separación, buscáramos la unión para luchar contra todo eso? Que no sé, oye, pero yo alguna vez he escuchado que la unión hace la fuerza, podíamos probar a ver qué pasa. A mí me suena mejor y menos egoísta, vete tú a saber. A mí me roban, yo me independizo (hasta aquí como que os entiendo), pero ahí os quedáis los demás. Yo mañana me voy a una tienda y veo a alguien enganchar la cartera del bolso de otra persona, pero como no me lo está quitando a mí... Eh, ¡que yo también me quiero independizar de los políticos y los bancos que me roban! Aunque dudo mucho que aún con una independencia se pueda vivir tranquilo en este sentido. Se llame España, Cataluña o Conchinchina (situada en la zona meridional de Vietnam, al sur de Camboya), va a haber ladrones de guante blanco y traje con corbata en todos lados.

Llegados a este punto deberíamos hablar también del famoso boicot a las empresas catalanas (y de La Liga y de cientos de cosas más, pero es mejor no darme más cuerda, ya lo estáis viendo). Tanto en este problema como en los anteriores, de nuevo tengo una conducta clara. Yo soy el tipo de persona (y también estoy obligada a ello de cierta manera al ser multi-alérgica) que lee todas y cada una de las palabras que vienen en cualquier producto que se compre en una tienda. Nunca sabes dónde puede estar la sorpresa... Por tanto sé qué empresa es catalana y cuál de cualquier otro lugar. La procedencia de un alimento me da exactamente igual y siempre lo voy a tener en consideración cuando respete lo que son para mi dos puntos obligatorios: una correcta etiquetación y un buen precio (o mantener el que tenía). Y a partir de ahí, me da igual si la empresa es catalana o de Chipre mismo. Es sencillo. Hay cierta empresa catalana que ahora mismo me ofrece donas (y cuando digo donas a todos automáticamente nos viene a la mente la marca) aptas a 1.20€. Es un capricho que de vez en cuando me puedo dar, no me juzguéis... Si el día de mañana esa empresa se queda en Cataluña una vez que esta se hubiese independizado y, por fronteras, por transportes, por materia prima buscada de otra manera o más lejana, me empieza a cobrar 2€ por el mismo producto, voy a dejar de comprarlo. Pero ya digo, no porque sea catalana, sino por mi bolsillo.  No acepto lo mismo más caro y no considero que sea un boicot mas que a mi billetera. En el caso de que una empresa quiera mudarse simplemente por ideales, no tengo una opinión formada puesto que me parece algo demasiado complejo de entender. Si quieren gastar dinero en infraestructuras porque se van a sentir mejor, adelante, yo en principio no voy a tener que pagarlo. Ahora bien, si por hacerlo así a mí me va a repercutir también al bolsillo, la pela es la pela (lo ha dicho una madrileña, ¡golpe de remo!).

Después de todos estos puntos y antes de dejar la entrada e irme a dormir (ya me está haciendo efecto el ibuprofeno), debo aclarar por qué entonces votaría 'sí' en caso de producirse un referéndum en España en caso de consulta por la independencia.

En el caso de que Cataluña con sus votos eligiera el 'sí', yo no me siento quién como para darle la espalda ni a la democracia, ni a los catalanes. Si la mayoría quiere el 'sí', apoyaré el 'sí' y si ella mayoría opta por el 'no', esa será también mi decisión. Por mucho que pueda opinar que mis razones son muy válidas, porque para eso las defiendo, porque creo que son las buenas; no tengo por qué llevar la razón y me gusta que la mayoría en democracia sea quien decida, aunque a veces ya hemos comprobado que nos equivocamos (miremos la política actual sin ir más lejos). Aunque también os digo, me gustaría tener oportunidad de votar y dar mi opinión en las urnas (aunque sea pública ya en el blog) puesto que creo que debe ser toda España quien decida y no sólo Cataluña. Ahora mismo Cataluña forma parte de España y compartimos un todo, siento que debería ser ese todo el que decidiera. Tipo comunidad de vecinos, ya sabéis, que aunque se tenga que hacer una obra en la primera planta y sean ellos además (los de la primera planta) quienes lo paguen íntegramente, deben votar todos los vecinos antes de proceder a ello. Lo mismo nos sorprendemos a nosotros mismos...

Y sí, siempre opinaré en contra de lo que está demostrando hoy día nuestro gobierno. Sí, lo mejor es hablar, cuando no se hablan las cosas, nacen los problemas y con ellos, todo lo demás.